Como algunos sabreís, este año me ha tocado ser Festero en el pueblo... En El Verger ( que es de donde soy, por los ciber-seguidores que no lo sabíais) cuando cumples 21 años te toca ser festero y, junto a tod0s tus quintos, pues te toca preparar las Fiestas, y salir, y vestirse y todo lo que se suele hacer en los pueblos... Por supuesto que puedes no serlo; además hubo quien me animó encarecidamente a que no fuese...
Pero a mi me apetecía estar con mis quintos, a pesar de tener una opción de vida bastante sería: el seminario. Además muchos de los festeros son amigos de los de siempre... con quienes empecé el cole a los 5 añitos, con quienes tomé la comunión, la confirmación, la adolescencia, las primeras fiestas, las acampadas... Así que me animé... A pesar de todo... Y la experiencia da para mucho...
De pronto te encuentras con tus amigos de siempre... pero con rumbos de vida bastante distintos...
La mayoria de ellos son cristianos "de nombre"... es decir... que la última vez que se acercaron a una Iglesia fue por un Salón de Banquetes (bodas, bautizos o comuniones)...
Además, ser festero en pueblos con cierta tradición cristiana, supone ir a Misa los días de Fiesta Patronales, Ofrenda y proceción... Así que habia que reunirse con el párroco... Que en la reunión nos dijo que para comulgar había que estar en gracia, o sino no hacerlo... Total, que nadie se confesó...
Quizás la vinculación Iglesia-Fiestas... esté un poco desfasada y no tenga mucho sentido implicar las fiestas con el ser cristiano... Algunos piensan que esto caerá algún día por su propio peso...
La conclusión que yo puedo sacar, es que para mí está siedo un gracia tremenda estar ahí... simplemente estando... Igual sin hacer poco más...
´Decía Juan Pablo II a los jóvenes...
"Creo que muchos de vuestros amigos, de vuestros coetáneos, tienen una
mentalidad empírica, científica; pero, si en alguna ocasión pudieran tocar a
Jesús de cerca, ver su rostro, tocar el rostro de Cristo, si alguna vez pudieran
tocar a Jesús, si lo ven en vosotros, dirán: «¡Señor mío y Dios
mío!» (Jn 20, 28)."
Pues de eso se trata...
Porque Su Reino, se encarna en nuestro Aquí y Ahora...
Y ahí es donde hay que amar... hasta el extremo...