domingo, 20 de abril de 2008

Si, quiero, con la gracia de Dios.


Ayer a las 11 tuvimos la Ordenación de Diáconos en el Seminario dónde siete jóvenes recibieron el Ministerio de manos de D. Enrique Benavent, nuestro obispo auxiliar. Es la primera vez que acolíto en unas Ordenaciones y estaba un poco nervioso, además de que la celebración en sí misma ya impone mucho... Mucha gente, muchos sacerdotes y mucho en juego... Es impresionante ver como tus "hermanos mayores" siguen comprometiéndose en el Servicio a Dios y a la Iglesia... Cuando entré en el Seminario estaban en 4º y ahora ya diáconos...


La homília me gustó mucho, habló del amor, del amor verdadero; del celibato y de la oración. Aparentemente parece incongruente... El celibato no es dejar de amar, el celibato no es amar sólo a Dios, sino que dejando de amar sólo a los hombres, dejando de amar sólo a una mujer; amarán a toda la humanidad con el amor de Dios... Impresionante...
Y como siempre, no somos superhombres para hacer esto... sino que para que esto sea así, nuestra vida debe estar fundamentada en la oración... sólo con la oración se consigue... no con nuestras fuerzas... Porque no serán "diáconos perfectos" el único diácono perfecto es Jesucristo.




Javier, Chimo, Rafa, Jorge, Salva, Miguel e Hilario, enhorabuena y gracias.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La ordenación impresionante... a algunos nos viene bien recordar de donde venimos... y veros a vosotros tan contentos e ilusionados ayuda...

gracias...

Te llevaré al desierto dijo...

Curillas dad la caraa!! jajaja respeto vuestro anonimato... (aunque no lo entiendo... pero bueno)