viernes, 25 de enero de 2008

¿Cómo has logrado Señor, este cambio nunca visto?


¿Cómo has logrado Señor, este cambio nunca visto...? Así empieza el himno de Laudes de hoy, fiesta de la Conversión del Apóstol San Pablo... Y me ha llamado mucho la atención... de Saulo el perseguidor a Pablo, heraldo de Cristo. Y es que yo creo que muchos de nosotros tenemos una conversión propia, no tan espectacular como la de Saulo, pero no menos importante... Decía hoy D. Juan que la conversión no es fruto de la voluntad del hombre, sino de la actitud del hombre a abrir su corazón a la conversión ... y es totalmente cierto. Si le preguntáramos a San Pablo, ya mayor, por el mejor hecho de su existencia, sin duda nos respondería que lo mejor de su vida fué su encuentro con Jesucristo... ( si alguien no lo conoce: Hechos de los apóstoles 9,1-22 o 22,3-16)

Este año en el Seminario, los retiros espirituales mensuales giran entorno a la figura de San Pablo, por eso de que este año se declarará año de San Pablo Su figura cada día me sorprende más... al recordar hoy su conversión he recordado la mía... que como he dicho antes no es tan espectacular, ni comparable, porque la mayoría de nuestras conversión son después de conocer a Cristo, conocerlo de oídas, por lo que nos dicen, por lo que creemos... El encuentro con Jesucristo en mi vida tuvo lugar mucho después de bautizarme, de tomar la comunión y de confirmarme... mi encuentro personal con Cristo empieza cuando me empiezo a fiar de lo que Él me tiene preparado, cuando me abandono a sus designios, cuando me fío únicamente de Él... el mío y creo que el de todos... mi encuentro con Jesucristo es cada día, mi conversión es cada día... es cuando puedo decir bien fuerte como dijo Pablo: "para mí, la vida es Cristo!"

Hoy también hemos terminado las clases del 1er Cuatrimestre y me he pasado la mañana en la cama con fiebre... este fin de semana nos vamos todo el Seminario Mayor y Menor a Cullera, de Visita Arciprestal, conoceremos las parroquias, estaremos en la Pastoral y esas cosas... y el martes empezamos los exámenes en la Facultad, así que vienen dias moviditos... Pero con todo, espero que en mi debilidad se realice la gracia de quien depende todo esto...

Hoy, después del cambio que hizo en Saulo, Jesucristo sigue logrando cambios nunca vistos en nuevos Saulos, que poco a poco van convirtiendose en nuevos Pablos, para ser enviados a los gentiles del mundo y abrirles los ojos...

(Pie de foto: Futuros "nuevos Pablos" en la Basilica de San Pablo extramuros en Roma)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Todos podemos ser "nuevos pablos"

Anónimo dijo...

¿que tal los pablos en la visita a Cullera? ¿algún saulo convertido en pablo?? cuentanooos!

Te llevaré al desierto dijo...

espero a tener las fotos y así va todo junto... (Jesús: PASAME LAS FOTOS!)

Anónimo dijo...

siempre que miramos atras, vemos omo la mano del señor ha ido trabajando nuestras vidas en ese convertirnos cada día un poquito más hacia él. él es el maestro, nosotros no teemos más que abrirnos a sus enseñanzas, y poner los medios para que ellas se puedan hacer vida en nosotros. la conversión no es cosa de un día, ni de un año, ni del tiempo del seminario (como si la ordenación nos asegurará ya el haber alcanzado el grado máximo), es tarea de toda una vida, pero de una vida sin duda apasionante.

Te llevaré al desierto dijo...

Tienes toda la razón Ramón... la conversión de cada día es la que realmente importa... todos los días se nos examina del amor... y todos los días hemos de sentirnos necesitados de la salvación...