lunes, 10 de diciembre de 2007

¡Han brotado aguas en el desierto!


Estamos ya en el ecuador del adviento... pero a mi casi se me pasa. Con la novena de la Inmaculada, los preparativos, los examenes que ya llegan... Parece que el tiempo se me vaya de las manos... Mirando hoy la libreta de oración me ha entrado vergüenza porque casi no habia escrito estos días... (que no quiere decir que no haya echo oración, pero no escrita claro...) Hoy me ha llamado la atención la primera lectura, de Isaías "porque han brotado aguas en el desierto, torrentes en la estepa; el páramo será un estanque, lo reseco, un manantial... Lo cruzará una calzada que llamarán Vía Sacra: Pena y aflicción se alejarán" (Is 35) Y también con el mensaje de adviento del Papa que nos invitaba a renovar el anuncio a todos los pueblos, a decir a todos que Dios viene... que viene hoy a salvarnos... a renovar nuestra historia de salvación o inclusi quizás a empezarla... Porque Dios espera que nos volvamos hacia Él, porque quiere renovar nuestras vidas, porque quiere darle plenitud... Decía también el Papa que "el adviento es tiempo para vivirlo en comunión con los que esperan un mundo más justo y más fraterno" y es que realmente hay tanta gente con ansia de Paz, de tranquilidad, de sosiego, de felicidad... de Dios...


Hoy a mi también me interpelaban estos textos... y es que son tantas las veces que pensamos que ya lo tenemos todo hecho... y no es cierto... decía un amigo que lo mejor que podemos hacer es levantarnos todos los día y desear ser salvados... porque sabemos que caeremos por naturaleza... que no anunciaremos al mundo a el que salva, que no proclamaremos que Dios nos hace felices, que no gritaremos que Cristo te espera para darte la vida... Es necesario sentirnos salvados todos los días... pero es también necesario querer ser salvados...

miércoles, 5 de diciembre de 2007

se dio cuenta de que estaban hambrientos y sintió compasión de ellos...

Y hemos acabado la novena... y parece que las cosas vuelven a la normalidad... han sido nueve días intensos, de preparaciónes, de eucaristías, predicaciones, actividades... Ayer las primeras vísperas, la Vigilia... hoy la despertá, los Laudes, la Misa Pontifical en la Catedral con el Cardenal... la comida... agotador... agotador pero satisfactorio... cansats pero contents... cansados pero contentos... Contento de poder ver a mi Iglesia viva... una Iglesia que avanza, una Iglesia jóven... una Iglesia que sabe elegir, que sabe discernir... Una pasada ver a jóvenes que se fían de Dios y de su Iglesia... una pasada ver que hay jóvenes que no se dejan engañar por las mil y una cosas que ofrece el mundo... jóvenes que dicen sí a pesar de ir a contracorriente... porque somos Iglesia jóven, que avanza, que ama... con todo y pesar de todo...

La Vigilia anoche genial... Hoy en la catedral han estado Nuria y Maria... que hacía tiempo que no las veía... me he alegrado un montón de verlas... aunque esto de ser seminarista te deja sin tiempo para nada y al acabar la misa nos hemos ido corriendo hacía el seminario para recibir al Cardenal que venía a comer. Ha estado también el Seminario Menor, y los seminaristas de los Colegios, aunque Dani estaba en Madrid... Por la tarde hemos tenido las segunas vísperas y me ha tocado acolitar...

Igual es que todo esto a veces me supera... pero estoy tremendamente cansado. He estado durante todo el día bastante desconcertado y un poco perdido... recordaba mi tiempo de menor esperando estar aquí en el mayor para celebrar... ¿qué? pues lo mísmo pero actualizado.. supongo... porque me sigo sintiendo incapaz, inútil, impotente... pero como ha dicho hoy el Cardenal en la homílía "recordar a María Inmaculada debe ayudarnos a saber que la debilidad del hombre es redimida con humilidad por Dios..." y a mi no me resulta fácil asimilarlo... Me cuesta realmente abandonarme a lo que me pide ahora la Iglesia... y me siento incapaz...

"se dio cuenta de que estaban hambrientos y sintió compasión de ellos..." Él se da cuenta de cuando estoy hambriento... pero me pide, además, que dé de comer... "Y pidió a sus discípulos que les dieran de comer... "

(Pie de Foto: No sé si esto es legal, pero al ver esta foto en http://www.todoerabueno.blogsome.com/ no he podido resistirme en ponerla... Me impresiona esta Imagen del Buen Pastor y porque sólo a Él quiero asemejarme... )

lunes, 3 de diciembre de 2007

¿Para qué te sirve ganar el mundo entero...?

¿Para que le sirve al hombre ganar el mundo entero, si se pierde a sí mismo? Solía san Ignacio de Loyola repertirle esta frase del Capitulo 9 de Lucas a Francisco cuando coincidieron ambos estudiando en París. Francisco nació en Javier (Navarra) hijo de una importante familia de la nobleza del Reino... a los 18 años marchó a estudiar a la Sorbona de París, con tal de educarse para las relaciones diplomáticas... Allí fué donde conoció Ignacio de Loyola, enamorado de Cristo y de su palabra... Francisco ganó una importante cátedra en la Universidad, obtuvo fama y popularidad... pero algo le faltaba... Ignacio sabia que era que añoraba... Y Francisco también se enamoró de Cristo... Ambos iniciaron la fundación de la Compañía de Jesús y llevarón el evangelio a tierras lejanas... Africa, La India, Japón...
Hoy en el marco de la novena de la Inmaculada y la primera semana de adviento, la Iglesia recuerda a este santo, patrono de las misiones, que como tantos otros, se enamoró del evangelio de Cristo, de su predicación, de su verdad... Su vida es impresionante... Tuve la suerte de estar en el castillo de Javier el pasado Julio, junto a los seminarista del Menor... pero no encuentro las fotos...

Este fin de semana he estado en casa, después de un mes sin ir... El sábado por la mañana fué la misa de Acción de Gracias por el nombramiento cardenalicio del Sr. Arzobispo con los sacerdotes de la diocesís y al acabar me marché para casa, aunque a penas estuve, ya que tuve esa noche boda... y al día siguiente después de comer nos volvimos para el seminario, por la noche tuvimos la cena de productos típicos...

Cuantas veces queremos hacer propias nuestras historias, cuando en realidad son de Dios... Hoy el ejemplo de San Francisco de Javier nos lo deja bastante claro... a mí también... porque el hecho de no entender nada muchas veces es por algo... sin entender, con rabietas... pero fiándose... fiándose de Áquel de quienes tantos se han fiado... Una vez más... Tomad, Señor y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y mi voluntad; todo mi haber y mi poseer, Vos me lo díste, a Vos Señor lo torno... Todo es vuestro, disponed de ello, según vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y vuestra gracis, que eso me basta... Que me baste de verdad Señor... que sea tu cruz mi cruz, que igual que Javier tenía en sus manos el mapa del mundo para evangelizar, pueda yo buscar el mío también... y que al igual que en el corazón de Javier estábas Tú, habita Señor también en el mío... porque sólo Tú das sentido a la misión... a esta misión...


"Señor, quiero vivir en total esperanza y confianza en ti. Desconfío absolutamente de mis fuerzas. Pongo mi esperanza en ti, Señor. Me faltan todas las cualidades para darte a conocer, por eso espero y confío en tu ayuda abundantísima. Nada temo, porque tú estás conmigo.
Pongo mi esperanza en ti, Señor Jesús, para que con tu gracia hagas que este instrumento inútil que soy yo, pueda plantar la fe entre los gentiles. Si los demás ven que yo soy polvo y ceniza, e incluso más ruin que esto, y sin embargo la fe en Dios sigue su camino, también los más débiles se tienen que animar a venir aquí, para ser operarios de tu mies. Confío que me admitas en tu gloria, pues para esto me criaste. Dame fuerzas para servirte en todo, y cumplir aquí tu santa voluntad” (San Francisco de Javier)